viernes, 28 de julio de 2023

La casa vacía (YO)

Y llegó el día, el día que nunca quise que llegué, el día que se fue definitivamente de casa, el día en que se llevó todas sus cosas...

La ayude lo que más pude a que pudiera volver a empezar de cero, como se lo prometí antes de que decidiera dejar todo y mudarse conmigo. Evite lo más posible volver a casa después de que se fuera con parte de mi vida adentro de un camión de mudanza, y no hablo de cosas materiales. 

Volver, abrir la puerta principal y no ver todas sus cosas (muebles, cajas, bolsas, etc), y saber que no va a volver a vivir en este departamento, ni ella ni el gato, fue doloroso, fue sentir que perdí una parte de mi, un vacío que nadie más va a poder llenar, porque en la vida todas las personas que nos dejan se llevan algo de nosotros y no tenemos que buscar llenar ese espacio con otra persona, ya que nadie va a reemplazar a los que hoy no están en nuestra vida. 

No solo es el hueco que dejaron sus muebles, como ser la heladera en la cocina... Es el vacío en el placard y los cajones, es que falte su perfume en el baño y su aroma en toda la casa, pero donde más duele es su falta en la cama cada noche. 

No pienso llenar los espacios vacíos con otros muebles, no porque espere que algún día vuelva, me encantaría, pero sé que al menos a este lugar no va a volver.

Extraño encontrar pelitos de Rufino por la casa, por mi ropa, extraño su ronroneo y su insistencia al momento de cocinar algo de pollo. 

Ni la casa es la misma, ni yo soy la misma... Antes apenas llegaba al departamento prendía la tele, no para mirar nada en especial, sino para que no haya silencio en estás cuatro paredes. Hoy ya casi ni miro tele, solo alguna serie antes de ir a dormir. Intento estar más en silencio para escuchar mis pensamientos y entender mis sentimientos, no es fácil, muchos de estos asustan. 

Intento mantener todo ordenado día a día, quizás ahora lo puedo hacer porque entre los días de homeoffice estoy más tiempo acá encerrada, no es fácil ser ordenada en todo sentido. 

Algunos espacios vacíos los voy llenando con libros, como ser mis espacios temporales, leo para intentar dejar de pensarla, de pensar en todo lo que vivimos y en lo que nos quedaba por vivir. 

Con el tiempo se irán los fantasmas que solo habitan en mi mente trayendo recuerdos de unos años hermosos conviviendo con ella, obviamente que no todos los días fuimos felices, hubo peleas como hay en todas las parejas, pero esas no me van a opacar lo feliz que fui viviendo con ella... 

Le agradezco todo el amor y los buenos momentos que me dio y me duele pensar que quizás no se lo agradecí lo suficiente cuando aún era parte de mi vida. 




  Escrito por Flavia A. Moar en Julio de 2023



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