martes, 28 de julio de 2015

Viajar (YO)

¿A quién no le gusta viajar? Hay quienes prefieren primero recorrer el país y luego el exterior, y hay quienes solo viajan afuera. Son gustos...

Yo busco viajar siempre que puedo, realmente no importa tanto dónde, sino más bien con quién y cuánto tiempo. La rutina, el trabajo, los estudios, los dramas familiares nos van consumiendo poco a poco... pero acá estamos... acá seguimos.

Actualmente estoy en Mar del Plata, por segunda vez en lo que va del año. Es cerca, accesible, pero no es de mis lugares preferidos. Se podría decir que es lo que hay actualmente, así que intentamos disfrutarlo al máximo, más allá de que está lloviendo en este momento, así que no queda otra que quedarse en el Hostel (Che Lagarto) a editar fotos, pero me dieron ganas de escribir. 

Me dieron ganas de escribir sobre una de mis pasiones que es viajar, porque justo con otro huésped y con la encargada del establecimiento nos pusimos a hablar sobre donde nos gustaría viajar, o a dónde ya hemos viajado. A veces hasta envidio a las azafatas que se la pasan viajando, conociendo lugares nuevos según la compañía en la cual trabajen. Por desgracia nunca se me dieron bien los idiomas por eso no era una profesión dentro de mis posibilidades (actualmente Contadora y futura Lic. en Administración, ambas en la UBA como corresponde).

Viajar, si es cerca que sea manejando (o sea con el Tiburón Negro), o en micro si no queda otra. Si es un poco más lejos, como cruzando el Atlántico el avión es lo más práctico. Hasta el día de hoy sólo crucé el Océano una sola vez, allá por el 2011 con 23 años fui a visitar a una de mis mejores amigas que se encontraba estudiando y viviendo en Grecia. Un viaje de más de un mes, mis vacaciones más largas. Claro que en ese momento me lo podía permitir porque no trabajaba en relación de dependencia, ahora ya es otra la historia. Recuerdo que tenía nervios de subirme a ese pájaro de acero, con más de 200 personas a bordo, pensado muchas toneladas y que iba a volar a más de 10.000 pies. 

No dormí en todo el viaje, me la pasaba escuchando música y mirando por la ventana, cada vez que pasábamos por una ciudad importante, es imponente verla desde tan lejos, algo que no se puede describir con palabras. Lo único malo es el apunamiento y el poco espacio entre los asientos, además del valor de los pasajes, lo cual hace que hoy solo pueda viajar a distancias más cortas. Conocer una cultura totalmente distinta, lugares donde hablan otros idiomas (griego y turco) y que algunas personas sepan tu idioma. Playas que parecen el paraíso, y que si hubiera podido alquilar un auto hubiera parado un par de horas en cada una de ellas (o al menos un día en cada uno de los balnearios de Grecia continental). 

Aún me queda conocer lugares como el Caribe Americano (donde se pueda nadar con Delfines), Italia, España, Francia, y otros países europeos. Aún me queda viajar a Australia y poder abrazar un Koala. Aún sueño con conocer Egipto, tanta historia escondida en las pirámides. Aún me quedan tantos kilómetros por recorrer (aéreos y terrestres), para eso trabajo, para juntar plata para poder viajar más. 

Por Huracán he viajado tres veces a la provincia de San Juan, pero no la pude recorrer, la verdad que no conozco casi nada de esa ciudad, más allá del Estadio del Bicentenario. Tantas horas arriba de un micro, o de un auto, para ver un partido de dos horas y volver a la ciudad de la furia donde me esperan las responsabilidades, responsabilidad debería ser una mala palabra. Ojalá me ganara la lotería para poder viajar como corresponde, sin preocupaciones, sin límites de tiempo ni dinero, pero mientras tanto hay que seguir laburando, perteneciendo al sistema. 

El año pasado me fui de vacaciones con una amiga a Las Cataratas del Iguazú, justo cuando se jugaba la semi-final del Mundial de fútbol. Obvio que era una oportunidad única y que por muchos años no se va a volver a repetir de "vivir un mundial", así que nos volvimos locas viendo la forma de llegar a Sao Paulo (avión, tren o colectivo) para estar allá en el momento en que nuestra selección jugara contra Holanda. Inolvidable, conseguimos pasajes de micro haciendo combinación (algo así como hacer Caballito-Retiro-Córdoba, 18 horas de viaje para estar 12 horas y volver, pero valió mucho la pena el dinero y el tiempo invertidos) miles de argentinos copando la ciudad brasilera, llegamos justo el día que a Brasil Alemania le había hecho 7 goles. Imposible conseguir entradas (demasiado caras, más si se daban cuenta de que eras argentino). 

Los brasileros se compraban las camisetas de Holanda y en el FIFA Fan Fest se pusieron a cantar con los de naranja, lo cual le dió y mayor sabor a la victoria por penales (que manera de sufrir, pero ser hincha fanática de Huracán me hizo estar más que preparada para este tipo de situaciones)... Ganamos, pasamos a la final y con mi amiga nos volvimos a seguir con nuestras vacaciones, quedándonos solo dos días para visitar las cataratas, un día del lado argentino y otro del lado brasilero. 

En este 2015 ya voy tres viajes a la costa, en marzo me escape un finde a Santa Teresita manejando otro auto (traicionando al Tibu) y volviendo en micro, para ir el finde siguiente a Mar del Plata y volver manejando otra vez. Y ahora que le hice el motor nuevo a mi bebé, me escapé sola, me tome unos cuantos días de mis vacaciones del año pasado, y vine a Mardel devuelta. Y con mis amigas ya estamos planeando un próximo destino un viaje a San Clemente para Agosto... dale Gas :)

No podría decir si me gusta más viajar en auto o en avión, cada una tiene sus ventajas y sus desventajas... lo importante es viajar... 




Escrito en Julio de 2015 por Flavia A. Moar







viernes, 24 de julio de 2015

Porque no me gusta el frío (YO)

 La verdad que lo pienso, y hasta lo hablo con gente que piensa diferente a mi, pero no, no lo entiendo. No entiendo como hay gente que AMA el FRÍO, que AMA el INVIERNO. Si fuera por mi me iría a vivir a un lugar tropical con un VERANO ETERNO (Como la canción de aquella tira de televisión emitida por Telefé, "Verano del 98", un verano que duro como dos años, y que muchos de los que nacimos en la década del '80 nos sabemos las canciones aún hoy, casi 20 años después).

 Hasta me han llegado a decir amargada, amargada yo? Ustedes son los amargados que prefieren una estación donde todo el mundo viste con ropa oscura, emponchados de tal manera que apenas nos dejamos descubiertos los ojos, ya que tenemos que usar guantes y gorros, donde no alcanza con un solo abrigo, sino que parecemos el osito Bimbo o el muñeco de Micheline. 

Nos ponemos toda la ropa del placard encima para salir a la calle, pero en nuestra casa o en el trabajo nos sacamos todo porque la mayoría de los ambientes son climatizados (no es el caso de mi nuevo hogar que es más frío que la calle). 

En la facultad nos pasamos buscando el lugar más cercano a la calefacción, no importa si no llegamos a ver nada del pizarrón, lo importante es descongelarnos, al menos por unas horas. En los transportes públicos no hace falta calefacción, ya que con el calor humano alcanza y sobra. Lo mismo en el trabajo, cerca de una estufa o del split del aire "frío-calor". En el colectivo preferimos ir en el fondo, cerca del motor. 

Entramos y salimos de ambientes climatizados, lo cual (el cambio repentino de clima) nos termina haciendo mal, ya que es casi imposible pasar el invierno sin al menos resfriarse UNA VEZ, ni hablar de la tos, en ésta época del año todo el mundo va tociendo. Aún recuerdo que en el 2009 se expandió la gripe A (H1N1) y por ese motivo en todos lados había ventanas abiertas, ya que la Organización Mundial de la Salud la clasificó como Pandemia. 

Cuestión que todo el mundo tenía miedo a contagiarse, así que preferían tener frío, pero ambientes ventilados, que estar calientes en un lugar, yo era una de esas personas. En nuestro país murieron al parecer 137 personas por esta enfermedad, siendo el segundo país con mayores decesos, después de Estados Unidos.

Volviendo a mi desagrado por el frío... Todas las mañanas es una tortura sacar la mano de entre todas las frazadas (duermo con mínimo tres frazadas, ya que intento evitar la estufa eléctrica por miedo a que se me prenda fuego todo mientras estoy durmiendo) para buscar el celular y apagar la alarma del despertador. Cuesta salir de la cama para buscar la ropa, cambiarme, y empezar toda la rutina para ir al trabajo. Todas las mañana al auto también le cuesta arrancar debido a las bajas temperaturas, ni hablar de que las ventanas están congeladas por las heladas que solemos tener por las noches. 

Hace poco descubrí lo que es dormir con una bolsa de agua caliente, a falta de calor humano con quien compartir la cama de dos plazas, nos compramos una de esas famosas bolsas, la cual todas las noches la lleno con agua casi hervida y la pongo junto a mis pies. Porque otra de las cosas malas del invierno es que sufro de "mala circulación", motivo por el cual, en ésta época del año tengo las manos y los pies congelados durante todo el día. Además tengo que dormir con medias, hasta que mis pies obtengan una temperatura considerable.

En resumen, en invierno prácticamente todo me da paja: levantarme, bañarme, salir a trabajar, ir a jugar a la pelota, salir a trotar/caminar, ir a bailar, salir de paseo, etc etc etc. Una de las pocas cosas que no me da paja es cocinar algo al horno, ya que eso hace que se caliente un poco, al menos, el departamento. Me encantaría ser como los osos e hibernar unos dos meses, acostarme y simplemente dormir... y dormir...

Otra cosa que me molesta en el invierno es el momento de la ducha, de bañarme, cuesta desvertirse, hay que tomar coraje para ingresar al baño, pero toma mucho más coraje salir devuelta al frío invernal que nos espera detrás de las cortinas, lejos del agua caliente. Agarrar la toalla como si fueramos flash, secarnos lo más velozmente posible, cambiarnos, secarnos el pelo (cosa que en verano no hacemos) y salir devuelta a la realidad. 

En Junio y Julio en Buenos Aires si bien no nieva (salvo aquel 9 de Julio del 2007), llueve, o simplemente está nublado, feo y deprimente. Se suele escuchar más música romántica, lentos, esos temas que se complementan con el clima. Me dedico a mirar tele (pelis o series) mientras ingiero alimentos con muchas calorías (chocolates sobretodo), en la cama obviamente. 

Estoy como Crónica TV, contando los días que faltan para la primavera, hoy faltan 59 días aún...!!! 

Que vuelva el calor, los días soleados y con temperatura ideal para ir a tomar mates al lado del río, salir a caminar, ir a tomar algo en algún bar (preferentemente en la vereda), balconear tomando mates o simplemente leyendo, tomar sol (y así tomar un poco de color y dejar de ser Casper)... Con música alegre y que te tiren para arriba... 

El calor también tiene sus cosas, pero nada que una buena ducha o un amigo con pileta en la casa no pueda solucionar!!! 



Escrito en Julio de 2015 por Flavia A. Moar