Pasó el tiempo, y si bien los sentimientos no se fueron del todo, siento que es hora de volver a intentarlo. De estar con otras personas para sacarme poco a poco de mi mente los recuerdos de ella, de su voz, su piel, sus lunares, su respiración, etc. Tengo muy presente que nunca la voy a olvidar, solo voy a superarla, dejar de pensarla día a día, en cada detalle vivido y todos los que nos quedaron por vivir, algún día, espero que pronto.
Ya hablé de la relatividad del tiempo en otros escritos, si es mucho o poco desde la última vez que la pude tocar, que la pude besar, no sé. Sé que la extraño y que no voy a encontrar a nadie como ella, porque ELLA hay solo una, ella es única, como cada mujer.
Hace aproximadamente un mes decidí volver a bajarme esas aplicaciones para citas, esas aplicaciones que me hicieron conocerla justamente unos años atrás, si bien ya nos habíamos cruzado varias veces en la vida, nunca habíamos hablado, nunca me hubiera animado a encararla para salir a tomar algo si no fuera a través de una app.
Hoy estoy acá, tirando corazones y equis/cruces según las fotos, analizando todo como si fuera un catalogo de supermercado. Al final lo primero que nos entra, que nos atrae de otra persona, lo hace por los ojos, la primer estimulación es puramente visual, luego pasamos a la estimulación/atracción escrita o verbal.
Mis amigas me dicen que "volví al mercado", y que feo suena eso, pero es verdad, me hubiera gustado seguir en mi estabilidad emocional, pero ya no era tan estable como pensaba, y la rutina me iba a terminar aburriendo tarde o temprano.
Ya he tenido varios match, pero me había olvidado lo decepcionante que era hablar y que nunca te responsan, o que la charla fluya bien, hasta que de la nada, dejan de responder, el remar una charla. El típico "A qué te dedicas?", "De dónde sos?", "Tu comida preferida?", el volver a conocer a alguien aunque no sea para nada serio, hoy no estoy en condiciones de conocer realmente a alguien con todo lo que emocionalmente implica.
Volví a las aplicaciones más que nada por una necesidad biológica que sola no estaba pudiendo satisfacer... Como darme la oportunidad de compartir algo que es tan íntimo, como el estar piel con piel con otra mujer, después de tanto tiempo... De darme la oportunidad de volverme a conocer a mi misma, porque cambié, no soy la misma que hace 5 años ni la misma que hace 5 meses atrás... Hay cosas que ya no me gustan como antes y hay otras que antes no me gustaban y ahora sí las deseo.
Al menos a mi se me hace difícil esto de las primeras veces (desde una primera entrevista laboral, ni hablar de una primera cita con alguien que podes llegar a intimar, de solo pensarlo ya empiezo a transpirar), pero ahí vamos, con miedo como la mayoría, pero paso a paso, día a día, hablando, conociendo personas nuevas tanto en lo virtual como en persona.
Un día llego la primer cita, fui con más nervios que esperanzas, pero dispuesta a intentar escuchar más que hablar, y fue difícil no comparar cada detalle, desde la puntualidad, hasta los gestos al hablar, o el "pelear" para ver quien de las dos paga la cuenta. Fueron dos horas, no fue tan mal, aunque sé que en unos años probablemente me olvide de esa cita y de esa chica, fue el primer paso para muchos otros que le siguieron. No hubo ni un beso, tampoco era necesario.
Y llegó la segunda cita, ésta vez con una persona totalmente diferente a la primera, una cena fue el motivo del encuentro, otra charla amena sin sobre saltos. Otra vez terminó sin un beso si quiera, pero buena onda desde el primer minuto. Quizás de tantas personas que conozco en las aplicaciones pueda conseguir alguna que otra nueva amiga, por qué no.
Con ambas quedó abierta la posibilidad de un segundo encuentro, solo restaba poner fecha y lugar. Decidí darle prioridad a una en especial, porque sentí que era lo correcto, me nació así. Nos vimos, y al principio solo hubo un tímido beso que pude robar, pensando en que la otra persona estaba más nerviosa que yo, decidí esperar, fuimos a cenar y al volver a su casa, pasó lo que fui a buscar que pasará, por momentos siento que la usé y me siento culpable, pero las cosas las dejé claras desde la primera charla: "Me separé hace poco y no quiero nada serio".
Se podría decir que ya no soy novata en esto de estar con una mujer, pero si con esa mujer, cada mujer es especial, única, no son básicas como los hombres. Y volver a estar con alguien nuevo no es como "andar en bicicleta", es empezar a explorar de a poco, qué le gusta, ver y sentir sus movimientos, si se le eriza la piel o no con ciertos gestos y acciones de mi parte. Preguntar, siempre es importante preguntar que quiere la otra persona, adivina nunca fui y la intuición puede fallar.
Otra persona, otra piel, otro olor, otros lunares, otras sensaciones y en medio mi cabeza llevándome al pasado a cada instante, queriendo boicotearme para que no disfrute el momento. Hice mi mejor esfuerzo por bloquear cada recuerdo gravado a fuego, y le terminé ganando a mi pasado, aunque debo reconocer que no fue mi mejor performance, tuve que pedirle perdón a esta chica que nada tenía que ver con mi mambo, aunque no había nada que perdonar, porque ella no la pasó para nada mal, o disimuló muy bien.
Soy de las que piensa que si en el primer encuentro no hay mucha química nos merecemos una segunda oportunidad, más que nada por los nervios típicos de la primera vez. En este caso no me dieron una segunda oportunidad. También sé muy bien que las cosas no hay que forzarlas, si no va, no va... Igual fue importante en todo este proceso, porque fue LA PRIMERA DESPUÉS DE...
Y apareció una tercer chica, una tercer primera cita después de mi separación, pero ella tenía algo que las otras dos no tenían, de entrada me cautivo desde la charla, no sé cómo pegamos una confianza que no buscamos, pero se dio. Todo claro desde el día uno, ambas separadas hace poco, solo buscamos pasarla bien sin tanto drama, sin complicaciones, y hasta la posibilidad de cumplir fantasías pendientes.
Fueron dos semanas de un chat muy intenso y subido de tono. El encuentro no se daba por temas de fuerza mayor, como un "No puedo, juega Huracán". Hasta que tuvimos un día y horario agendado, pero las ganas eran muchas, el destino quiso que yo estuviera cerca, así que dos días antes de la primera cita adelantamos el tan esperado cara a cara, sin ir a comer, ni a tomar nada, fue solo una hora, en la puerta de su casa, en mi auto, donde solo nos besamos apenas nos vimos, y no pudimos parar. Pudo haber pasado de todo, pero decidí esperar. Total qué son 48 hs más? Fueron 48 hs eternas, en el medio un viaje a Rosario para ver a Huracán, donde para colmo perdimos dando lastima, pero eso no viene al caso.
Pasaron esos dos días y nos volvimos a ver, tal cual lo habíamos planeado desde un principio, en su casa, ya que prefiero jugar de visitante las primeras veces. No hubo ni un: "Hola, ¿Cómo estás? ¿Queres tomar algo?", el encuentro previo había dejado todo más que claro. Había despertado una necesidad en mí que ya ni me acordaba que podía tener, sentir tanto deseo por algo, por alguien. Los besos habían dejado mucho a la imaginación y no me gusta quedarme con las dudas de nada, esto no era algo que se podía googlear, había que tirarse a la pileta y volver a jugar.
Todo se fue dando como si no fuera la primera vez que estábamos juntas, ésta vez si fue como volver a andar en bicicleta después de un largo tiempo. Había algunas cosas que ya las habíamos hablado previamente, y al tener buena memoria no fue impedimento llevarlo a cabo en aquel primer encuentro. Pero por más de que se hable mucho, la piel no se consigue solamente hablando, se tiene o no se tiene. El tiempo voló, y pude desconectar mi cabeza, mis pensamientos como quise. No voy a contar detalles, no da, solo voy a contarles que volví a sentirme deseada y deseante. Volví a sentir que por un momento para la otra persona solo importaba satisfacernos mutuamente, volví a sentir esa felicidad momentánea y plena.
Ya pasaron unos cuantos días, y otra vez no podemos coordinar un nuevo momento a solas, ya se dará, espero que pronto, pero el recuerdo de aquel sábado por la noche no se va de mi mente, de mis manos, de mis labios. Cierro mis ojos y la veo, la siento, y sé que a ella le pasa lo mismo. Yo y mi buena memoria visual, recorro sus curvas en mi mente, recuerdo lo que pasó y pienso lo que puede llegar a pasar. La comparación es inevitable, siempre va a estar, pero ella es otra, y con ella también hay piel, me hizo dar cuenta que no tenemos piel solo con una persona una vez en nuestra vida, que la vida es hoy y que yo quiero vivir, quiero sentir.
Sé muy bien que esta relación tiene fecha de caducidad, ninguna quiere nada serio por el momento, pero espero que podamos divertirnos, disfrutarnos por una buena temporada, porque a pesar de todo, aún no fue suficiente y quedaron muchas cosas pendientes.
Escrito por Flavia A. Moar en Octubre de 2023
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