Si bien uno no elige de quien enamorarse (pero que hermoso sería todo si pudiéramos controlar los sentimientos no?), siempre hay indicios/señales como un semáforo en amarillo que nos advierte, pero no lo vemos, o mejor dicho, no lo queremos ver. Sabemos que cruzar en amarillo puede ser peligroso, e igual nos arriesgamos, pisamos más a fondo el acelerador y con suerte cruzamos sin chocarnos contra un camión, pero no siempre vamos a tener la misma fortuna, ni un ángel cuidándonos las 24 horas, los 365 días del año, ni durante toda nuestra vida...
Vayamos por partes, según la Real Academia Española un "cobarde" es una persona sin valor ni espíritu para afrontar situaciones peligrosas o arriesgadas. Hay diferentes clases de cobardes, pero no voy a ahondar en el tema. En resumen, hay gente arriesgada/valiente, lo cual no quiere decir que sean toda su vida así, o lo sean todo el tiempo, ni tampoco hay personas que se pasan toda su existencia con miedo constante, hay grises y hay etapas que transitamos todos...
En estos últimos años me he cruzado con varias personas que denotaban tener miedo a enamorarse, con miedo a conocer a alguien nuevo y muy diferente a su "ex", siendo que justamente, si con tu anterior pareja no funcionó por algo, por qué no intentarlo con alguien cuyas cualidades o características sean opuestas? No me vengan con la excusa del tiempo del duelo, no siempre es cuestión de tiempo para volver a sentir, hay gente que el duelo lo hace estando aún en pareja, y que solo seguían estando juntas por una cuestión de costumbre o por miedo a terminar solas. La soledad no es mala, acostumbrarse a estar solos y terminar siendo un ser ermitaño si, es perjudicial para la salud mental.
Tampoco los signos del zodiaco son culpables de que una relación no funcione (o no llegar ni a intentarlo). Todo eso del signo, el ascendente, las lunas, etc. Yo creo que la química y la piel va más allá de las cartas astrales. Si, puede influir en algunas características de la persona, pero no puede ser impedimento de nada... Menos para querer a alguien que según los astros es totalmente incompatible con nosotros.
Hace poco me volvió a pasar, y por eso acá estoy. Me volví a enganchar (por decirlo de alguna manera) con quien "no debía", me volví a ilusionar con unos ojos y una sonrisa que aún hoy veo en sueños; me imaginé la casa, el perro, y ponele que también los hijos. Me imaginé los viajes compartidos en destinos soñados. Será mi culpa por vivir soñando despierta y por no dormir tanto en las noches.
Ya lo decía Platón: "No hay ser humano, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor" y eso es lo que esperamos inconscientemente (o conscientemente) cuando conocemos a un nuevo cobarde, que se la juegue por amor, por nuestro amor... Idealizamos a ésta nueva persona, nos acostumbramos a su compañía, a sus mensajes diarios, a su perfume en nuestra cama y en nuestra piel, le abrimos la perta de nuestra casa y sin pensarlo tanto como deberíamos le abrimos las puertas de nuestra alma, nos volvemos vulnerables y nos dejamos llevar por los sentimientos...
Ya perdí la cuenta de los amores no correspondidos, ya que en eso del "amor" he sufrido bastantes derrotas ya, lo cual no hace que deje de intentarlo cuando se me presenta una nueva ilusión. Admiro a mi propio corazón capaz de sentir tan fuerte una y otra vez, aunque no lo demuestre con cualquiera. Aunque me muestre fuerte y fría al principio, me quiebro fácilmente. Ya son muchas las heridas cicatrizadas, y una nueva por curar... solo es cuestión de tiempo, distancia, amigos y un poco de alcohol.
Hay gente que se rinde rápido, con los primeros intentos y que no dan muchas oportunidades, siendo que las relaciones llevan tiempo en gestarse.
Recién en la radio sonaba un viejo tema de Shakira que dice: "Yo no quiero cobardes que me hagan sufrir" porque justamente quienes no se arriesgan a salir de su zona de confort y conocer a alguien nuevo van a terminar lastimándote. Ahí me di cuenta que hay muchas canciones que mencionan a los cobardes, al menos en el género de música que suelo frecuentar. Pero después de una canción así viene una que habla de lo hermoso de las relaciones, porque el poder sentir algo lindo por otra persona vale totalmente la pena.
La gente habla porque es fácil y gratis, te van a decir miles de expresiones de manual que no te van a ayudar en nada, y solo te van a hundir más. Me han dicho tantas frases trilladas en estos días (a veces es mejor que no te digan nada), pero me quedo con las últimas palabras que me dijo ella: "Son cosas que pasan", pero yo creo que todas las cosas pasan por algo, la cuestión es que nosotros no nos pasemos toda la vida buscando ese "Por qué a nosotros?".
No hay que arrepentirse de nada de lo que hacemos por seguir nuestros sentimientos, por más que no sean correspondidos, para nosotros son reales, y eso vale mucho más que los bienes materiales que puedas tener.
No voy a ser como la mayoría, no te voy a decir que no te enamores de alguien que crees que es un cobarde (o que está en una etapa complicada de su vida), dale una oportunidad, date una oportunidad de volver a "sentir cosquillas en la panza". Arriésgate, que no se trata de quien siente más o mejor, se trata de sentir y estar feliz, aunque dure más tiempo el dolor por la ruptura que lo que duró la relación (haya tenido la etiqueta que sea).
Mira a los ojos, besa lento y también apasionadamente, abraza fuerte, tomale la mano al caminar por la calle, dile que la extrañas, que la queres, haz ese regalo por más insignificante que te parezca, anda a buscarla a donde sea con tal de verla, entrégate completamente que si te caes y te rompes, con el tiempo vos te vas a rehabilitar, y la otra persona es quien va a perder si decide dejarte...
El día que te vayas de este mundo va a valer más todo lo que pudiste querer y lo que hiciste por esos momentos de felicidad, sin importar que tan fugaces y esporádicos hayan sido.
Enamórate mil veces si hace falta, pero nunca dejes de sentir, que un corazón que no siente se termina marchitando.
Escrito en Agosto de 2017 por Flavia A. Moar